Plato que muestra a Kótaix, un espíritu masculino del cielo. Este persoaje es grotesco e inspira temor Se presenta ante el público como un ser de cuernos largos y más bien gruesos, que se vuelve con rapidez, belicosidad y mirada torva. Los cuernos según la mitologia, resultan del antepasado mítico que desempeñaba este papel y se transformó en un pez con cuernos.
El cuerpo es blanco y lleva rayas rojas, con su máscara ajustada a la cabeza y cuello. No se suelta nunca el mentón y jamás varía su postura más bien gacha ni su mirada fija que evoca la violencia