Cada una de las piezas que se originan desde nuestra mente que crea, manos que ejecutan y alma que inspira, lleva impregnada la unicidad del arte y el trabajo.
Arica, Chile
Este emprendimiento se materializó en el Centro de Educación y Trabajo del Complejo Penitenciario de Acha, donde se originaron los primeros prototipos de Pasha, generados por el diseñador, Iván Aguirre. Junto a un interno peruano, con el oficio de artesano, iniciaron los primeros modelos de maceteros con formas geométricas, inspirados en la cultura andina que permea el quehacer de esta zona transfronteriza. Esta experiencia del profesional, que se empapó de las historias de quienes estaban privados de libertad, dirigió sus objetivos a crear un producto que evidenciara el apego a la madre tierra y al acontecer vital de los seres humanos que nacemos y retornamos a la Pasha. En esta economía circular en que se basa este proyecto, que se origina en una semilla que crece hasta convertirse en árbol y luego en productos de la noble madera, se utilizan materiales reciclados, palet y partes de olivos nativos de la región, que son recuperados desde los productores. Y como parte de la filosofía de Pasha es cuidar el planeta de todas las formas, trabajan con selladores de madera reciclados, que obtienen de los recolectores de cartón. Lo más relevante en los tres años de este proyecto es dar una prueba fehaciente de la reinserción social a través del emprendimiento, ya que la iniciativa logró que otras personas se sumen y generen sus ingresos; gracias a la creatividad que en Pasha representa el contexto cultural en que todo tiene un significado y donde la reciprocidad es la fuerza que mueve y proyecta esta propuesta regional, con pertinencia arraigada a la tierra.
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